¿Eres de esas personas en los que algunos días tu español hablado es fluido y preciso (o al menos así parece) y otros días te tropiezas y titubeas en cada oración? ¿Sí? Pues no te preocupes, lo que se necesita es tener más días buenos que malos, y esta publicación se enfoca en el lado del "rendimiento" de hablar, lidiando con los bloqueos psicológicos para lograr fluidez. Si sientes que tienes dificultades con la fluidez y estás frustrado con tu español hablado, encontrarás útiles los consejos en esta publicación.
¿Qué impide hablar con fluidez?
Si has tenido una tarde hablando español, sin duda habrás encontrado que tu español mejoró milagrosamente después de sentirte en plena confianza con tus interlocutores.
En realidad nuestras inhibiciones son los principales impedimentos para obtener fluidez. Sentirte en confianza con tus interlocutores crea una atmósfera de menor presión, lo que también aumenta tu fluidez.
La fluidez hablada proviene de un estado relajado, como resultado de inhibiciones reducidas, interacciones de baja presión y una sensación general de tranquilidad.
¿Qué se interpone en el camino de la conversación relajada?
Las barreras para una conversación relajada pueden ser externas o internas, y son diferentes para todos. Observa si te sientes identificado en alguna de las siguientes frases:
Te preocupa lo que piensen los demás
Especialmente si estás buscando impresionar con tu español, esto crea una presión adicional. Es natural querer dar nuestra mejor impresión, y si no podemos mostrar nuestro mejor español, puede ser particularmente frustrante. Esta mentalidad conduce a una mayor presión y ansiedad por el rendimiento, exactamente lo que deberíamos tratar de reducir.
Te preocupa cometer errores
En relación con el punto anterior, un síntoma de esto se puede ver en la pausa continua y la autocorrección. Si constantemente te preocupas por cometer errores, esto significa que estás más concentrado en hablar bien el español que en expresar tu punto de vista. Para aumentar nuestra fluidez en español, debemos centrarnos más en nuestro mensaje, en lugar de en cómo lo estamos diciendo.
Situaciones de alta presión
Imagina conversar con un viejo amigo en español mientras toman un café. Ahora, imagina dar un discurso improvisado en español frente a 200 personas. ¿Dónde te expresarías más fluidamente?
Estas dos situaciones representan dos extremos, pero todas nuestras interacciones contienen una cierta cantidad de presión inherente, que puede ser un factor agravante en tu fluidez en español (o falta de ella). Si bien esto está parcialmente fuera de nuestro control, la forma en que reaccionamos ante las situaciones, nuestro estado general de relajación e incluso la preparación de la conversación pueden ayudar aquí.
Todos estos representan barreras en el aspecto de rendimiento de hablar. Por supuesto, nuestro español hablado está vinculado a nuestro nivel general de español: debemos adoptar un enfoque integrado a medida que aprendemos.
Cómo aumentar tu fluidez hablada en español
Ahora que hemos examinado algunas causas de la falta de fluidez, repasemos algunas estrategias que podemos usar para mejorar el desempeño de nuestras conversaciones. Hay cosas que también podemos hacer para prepararnos antes de una conversación y hay algunas tácticas para poner en práctica durante las conversaciones.
Cosas que puedes hacer para prepararte para una conversación
Prepara y memoriza frases comunes
Gran parte del lenguaje que usamos con mayor frecuencia es muy poco original, y al considerar algunas preguntas comunes, puedes preparar algunas frases con anticipación. Práctica esto lo suficiente, y veras que se volverá automático para cuando estés en medio de conversaciones.
Imagina las frases comunes como un reflejo: una respuesta que puede dar automáticamente, que no requiere demasiado pensamiento creativo (es decir, reinventar la rueda) y que puede adaptarse a múltiples situaciones. Los llamados «rellenos conversacionales» funcionan bien en esa situación y pueden crear una impresión de fluidez.
Esta idea fue desarrollada con más detalle por el escritor Boris V. Shekhtman en su libro «Mejore su idioma extranjero de inmediato», con su concepto de «islas del idioma». Imagina el hecho de hablar un idioma extranjero como nadar en mar abierto. Requiere un esfuerzo continuo y existe el riesgo constante de ahogo (es decir, ¡darse por vencido!). Una isla del idioma es un área en la que podemos descansar por un tiempo; estos son los temas preparados previamente que tenemos memorizados y que podemos usar para descansar de tener que juntar constantemente palabras y oraciones en español.
Estas son algunas situaciones muy comunes donde el lenguaje es muy formulado, donde no necesitas ser particularmente creativo y donde puedes construir tus “islas del idioma”:
Los comienzos y finales de las conversaciones. Aprende algunas formas diferentes de decir «hola» y «adiós», junto con «cómo estás» y frases tipo «Me alegra verte».
Frases transaccionales. Ordenar comida, pedir la factura, pedir direcciones: todas estas son solicitudes específicas de información y, por lo general, son muy formales. Hemos preparado una colección para usted: frases en español para turistas
Tu «autobiografía«. Al conocer gente nueva, siempre te harán ciertas preguntas sobre cuánto tiempo has estado aprendiendo español, dónde vives, qué haces, etc. Tener algunas de estas respuestas preparadas bajo la manga te ayudará a relajarte durante las primeras partes de una conversación.
Escucha y toma nota de frases comunes de hablantes nativos. Sobre la base del punto anterior, puedes construir tu «banco de frases» a partir de las respuestas que a menudo escuchas de los hablantes nativos, esto te ayudará a ser aún más seguro en tu conversación, sabiendo que estás usando un español auténtico y natural. Escucha la forma en que responden preguntas formuladas como ¿cómo estás? O ¿qué haces? Y presta atención al comienzo y al final de las conversaciones, que tienden a usar patrones muy comunes.
Práctica las conversaciones de antemano por tu cuenta.
Si sabes que vas a estar en una situación específica, vale la pena considerar qué tipo de vocabulario te falta y necesitas conocer. Imagina que vas a una entrevista de trabajo o asistes a un evento sobre un tema determinado. Cada una de estas situaciones tiene su propio vocabulario y frases, y al «practicar» una conversación por adelantado, preparar algunas frases y vocabulario específico a emplear.
Visualízate en una conversación
Esto es particularmente útil si sientes que te falta confianza al hablar durante una conversación:
Siéntate, ponte cómodo e imagínate en una conversación. Agrega tantos detalles como sea posible: ¿con quién estás hablando, dónde estás y de qué estás hablando? Siéntete libre de usar conversaciones que hayas tenido antes, si esto lo hace más fácil.
Imagínate en esa situación, tranquilo, relajado y capaz de expresar tus ideas con fluidez. Proponte llevar este estado emocional y físico a tu próxima conversación.
Repite los pasos anteriores tantas veces como sea necesario: este es un buen ejercicio para practicar si te enfrentas a situaciones de conversación de alta presión y las conoces de antemano.
Para el hablante extranjero, una isla es la salvación: brinda la oportunidad de mejorar el proceso de comunicación, ofrece un descanso deseable y atrae la atención del hablante nativo.
«Yo diría que tu confianza al hablar español depende directamente del número de islas que tengas en tu memoria. No es posible exagerar el valor comunicativo o la importancia de las islas para el habla».
Boris Shekhtman, autor del libro «Cómo mejorar su idioma extranjero de inmediato».
Cosas que puedes hacer durante una conversación
Todos los consejos anteriores se centran en las cosas que puedes hacer para prepararte antes de las conversaciones.
Ahora prueba algunos de estos consejos rápidos cuando estés en medio de una conversación.
¿Te sientes tenso?
Respira profundamente, relájate y date cuenta de que no necesitas estar hablando constantemente. Puedes ser un participante más pasivo en esa conversación. Ponte cómodo con los silencios, aunque una conversación es un diálogo bidireccional, generalmente suele haber un interlocutor pasivo y otro activo.
¿Te sientes cohibido?
Aquí hay un ejercicio rápido para ti. Piensa en la última conversación que tuviste con alguien que estaba aprendiendo su idioma nativo. ¿Qué recuerdas más: el tema de la conversación o los errores que cometió?
Siempre recuerda, la gente no está escuchando tus errores, están escuchando tu mensaje. Es comprensible que quieras parecer fluido y al mismo nivel que los hablantes nativos, pero simplemente no es tan importante. Lo importante es que tengas un mensaje y que lo expreses, con o sin errores.
¿Tus palabras se sienten retorcidas? ¿Tu cerebro va más rápido que tu boca?
Esto puede ser debilitante, sin embargo el secreto está en meditar cada palabra que vas a decir conscientemente. Abre más la boca, concéntrate en cada palabra y oración a medida que aparecen, y no te adelantes, pues correrás el riesgo de confundir tu mensaje. El hecho de que los hablantes nativos hablen a 100mph no significa que tu también tengas que hacerlo así.
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